Global Analysis

Administración y justicia

un desafío para los consumidores cristianos

Bosela Eale & Carrie Ngangnang Nov 2013

Nuestros hogares, lugares de trabajo, tiendas, mercados, están llenos de objetos fabricados en todo el mundo. Sin embargo, normalmente no tenemos en cuenta a los individuos que hay detrás del proceso elaboración de lo que compramos. En las naciones consumidoras deberíamos preocuparnos por el bienestar de los que fabrican los productos que compramos haciéndonos preguntas como:

  • ‘Como seguidores de Jesús, ¿cómo respondemos ante los demás con humildad, amor, compasión y justicia mediante las compras que hacemos?
  • ‘¿Se reduce nuestra labor de administración al 10% que diezmamos a la iglesia o comprende el 100% de todo lo que tenemos?’

El consumo afecta a otras personas

Ken Wytsma, en “Pursuing Justice” (En busca de la justicia), dijo: “Vivimos en un mundo interconectado. La forma en la que consumimos afecta directamente, querámoslo o no, las realidades vividas por otras gentes.” [1]

Dado que nuestro mundo es global, tenemos la oportunidad de preocuparnos por otras personas y culturas más allá de nuestras fronteras mediante la compra diaria. Nos preocupamos por los pobres simplemente siendo conscientes de las condiciones en las que trabajan para fabricar nuestro bienes y haciendo compras que ayuden a quienes hay detrás de esos productos.

Chocolate y esclavitud

El Proyecto Libertad de la CNN (Freedom Proyect) ha contado la historia de Abdul (que entonces tenía 10 años), con el que traficaron llevándole al otro lado de la frontera para trabajar en las granjas de cacao de Costa de Marfil siete días a la semana como niño esclavo. [2]. El chocolate es un producto muy apreciado y probablemente básico en muchos hogares de Europa y América. De hecho, los europeos y americanos consumen la mayoría del chocolate del mundo. [3] La cuestión que se plantea es si es posible consumir chocolate y crear algún medio para que los niños como Abdul no terminen nunca trabajando como esclavos.

Electrónica y guerra

Con el incremento de la demanda de productos electrónicos durante los últimos 15 años, tales como teléfonos móviles u ordenadores, la necesidad de coltan, el mineral que se emplea para hacer estos aparatos, ha aumentado drásticamente. La mina más grande de coltan está en la occidental República Democrática del Congo (RDC).

Con una demanda tan alta de coltan, los grupos de la milicia han estado luchando durante años por el control de esta fuente altamente valorada. Actualmente el grupo rebelde que lucha por el control del coltan es M23. En los últimos dos años, el grupo respaldado por Ruanda, se estima que ha ganado más de 250 millones de dólares con la venta del coltan.

Al pedir a Ryan Mariden, directivo de África New Day, que comentara la situación actual en la RDC, dijo:” He visto de primera mano el horrible impacto que estas milicias tienen en los niños del este de la RDC. Un niño me contó la historia de su captura cuando tenía diez años y su vida como niño soldado durante cinco años hasta que finalmente fue liberado. Lo que pasan estos niños es tan impactante, tan deplorable, que dudo que lo veamos en nuestras peores películas de horror en América. Lo que hace falta es aumentar la conciencia mundial, un haz de luz dirigido directamente a la situación del Congo que haga la situación completamente imposible de ignorar.” [4]

Administración y justicia

Dar un diezmo de nuestras ganancias a Dios, es una forma de expresar gratitud y reconocimiento de que todo lo que tenemos son bendiciones de Él. Sin embargo, a menudo no nos planteamos cómo gastamos el 90% restante, que también es una cuestión de administración:

  • En “Money, Possessions, and Eternity”, Randy Alcorn escribe: ”El diezmo nunca fue el techo para nuestras ofrendas, sólo el suelo. Es el punto de partida. El diezmo es una demostración de obediencia. Las ofrendas voluntarias eran una demostración de amor, gozo y adoración.” [5]
  • Una mirada más profunda al sentir de Dios hacia los pobres revela que a Él le preocupa más que el diezmo cómo nos gastamos diariamente el 90%. (Amos 5:22-24, Is. 58, Mt. 23:23).

Cuando optamos por gastar nuestro dinero preocupándonos por los que fabrican los productos que compramos, alineamos nuestro corazón con el sentir de Dios hacia la justicia. Lo que le preocupa a Él, debe preocuparnos a nosotros. Esto es tanto obediencia como adoración, y da ocasión de compartir el Evangelio de Dios más allá de nuestras fronteras y culturas.

El Compromiso de la Ciudad del Cabo lo expresa así: “Apoyamos a los cristianos cuya particular vocación misionera es la defensa y acción por el medioambiente, así como la de aquellos comprometidos a cumplir el mandato divino de proporcionar bienestar y cubrir las necesidades humanas ejercitando una administración y un dominio responsable”.[6]

Además, escribe Ken Wystma: “Mi gran frustración respecto al consumismo es que estimula el egoísmo a la vez que refuerza la mentira de que la felicidad se encuentra en el consumo- lo opuesto a la llamada de Jesús a entregar nuestras vidas. Y paradójicamente, rechazar el consumo en nuestras vidas es una forma de encontrar nuestra mayor alegría. ¿Qué pasaría si el consumismo que invade nuestras iglesias- y nuestros corazones- pudiera transformarse en compasión?

Compras justas

Organizaciones tipo ‘Trade as One” “Food for the Hungry” (“Comida para el hambriento”), animan a los consumidores a gastar de forma que la compasión se extienda más allá de las fronteras. Los seguidores de Jesús pueden participar en la obra de restauración por todo el mundo y la redención de la tierra y de los hombres haciendo compras que supongan el cuidado de todos a nivel global.

“Trade as One” ofrece un planteamiento muy simple: “Nuestra misión es usar el comercio justo para promover negocios sostenibles y romper círculos de pobreza y dependencia con el mundo desarrollado. Todos tenemos conciencia. Queremos asegurarnos de que la gente tenga ocasión de usarla cuando compra.” [7]

“Trade as One” ha establecido colaboraciones con un número de grupos de comercio justo acreditados que trabajan para crear empleos para los más empobrecidos en un intento de restaurar la dignidad y la capacidad para proporcionar medios para la familia y la comunidad. Los consumidores pueden comprar sus productos diarios y tener la garantía de que nadie experimenta injusticias en la elaboración del producto.

En cuanto al chocolate, “Trade as One” ha colaborado con Divne, una organización con sede en Ghana, que, no sólo proporciona un trabajo honrado para los granjeros del cacao, sino que se asegura de que  los trabajadores sean propietarios de una porción significativa del negocio y por tanto tengan voto en su crecimiento y desarrollo en su comunidad.[8]

Teniendo en cuenta a los demás cuando compramos, los consumidores podemos ayudar a ralentizar la demanda de coltan y ayudar a proteger al pueblo congolés de su sufrimiento innecesario:

  • Comprar sólo nuevos aparatos electrónicos cuando sea necesario.
  • Hablar a los demás del coltan y animarles a que se mentalicen de la situación.
  • Poniéndonos en contacto con las compañías electrónicas líderes y animándolas a que sean vigilantes en sus compras de coltan al pueblo congolés y no a sus milicias.

Conclusión

Jesús es la esperanza para el mundo. Él usa su iglesia para extender sus buenas noticias de vida y amor a toda su creación. Como Iglesia suya, podemos participar en el plan de Dios de justicia en un mundo injusto, simplemente haciendo compras que cuiden de los demás.

Wendy McMahan, directora de Church Engagement with Food for the Hungry (Compromiso de la Iglesia con Comida para el hambriento), lo expresa de esta manera: “Como cristianos, es importante que honremos a Dios en cada área de nuestra vida. No podemos separar nuestros diezmos de cómo gastamos el resto de nuestros ingresos. A los ojos de Dios, nuestra forma de gastar es esencial para nuestro discipulado. “Comida para el hambriento” trabaja con iglesias colaboradoras en el Norte Global, que desarrollan relaciones con comunidades vulnerables en el Sur Global. Cuando una iglesia forma esa clase de relación, empiezan a ver cómo las elecciones que hacemos cada día tienen un impacto sobre la gente que vive en la pobreza en todo el globo. Es un despertar a la justicia, no sólo dando más generosamente, sino gastando más sensatamente.”[9]

Nathan George, fundador de Trade as One, ofrece esta estimulante conclusión: “Ofrecemos una suscripción a un servicio de comida de comercio justo que proporciona una caja trimestral con varios productos de todo el mundo. Le conectamos con los productores de donde procede la comida y le decimos por qué es importante éticamente consumir ese producto. ¡Hay esperanza! Cada año, más y más gente capta la visión del comercio justo: los pobres pueden salir de la pobreza simplemente por las decisiones que tomemos en los productos que consumimos. Nuestro gasto no varía, y es cuando nos damos cuenta de esto y lo asimilamos en conexión con nuestra fe en el amor de Dios hacia la gente, cuando empezamos a ver por qué importa.”

17 Pero el que tiene bienes de este mundo, y ve a su hermano en necesidad y cierra su corazón contra él, ¿cómo puede morar el amor de Dios en él? 18 Hijos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. (I Juan 3:17-18)

Nota del Editor:

El 6 de noviembre de 2013, los servicios informativos nos comunican que, como resultado de las presiones internacionales, uno de los principales grupos rebeldes en el este de la República Democrática del Congo, conocido como M23, ha depuesto las armas y ha decidido optar por la vía política para resolver sus conflictos.

El Coltán y el conflicto con la RDC. Una respuesta de Bosela E. Eale

La situación de conflicto y guerra en el este de la RDC es compleja. Muchos observadores se han cuestionado por qué el Congo occidental ha pasado por toda clase de masacres y violencia, dejando huérfanos, viudas, un alto índice de abandono escolar, etc.

Algunos creen que la razón se encuentra en la esfera política, mientras que otros culpan a los países vecinos que intentan controlar los vastos recursos minerales de la región:

  • La RDC está dotada de varios recursos naturales
  • Por envidia, los países vecinos participan en saqueos estos recursos naturales creando desorden y armando a grupos rebeldes que aterrorizan a los paisanos.
  • Cuando la gente huye, los rebeldes se asientan y empiezan la explotación de coltán y de otros minerales.
  • Los beneficiarios de esa explotación ilegal de recursos congoleños son los países vecinos y sus gobiernos.

El crecimiento de la minería en el Este del Congo se ve obstaculizado por la mala gestión general de los recursos, el fraude y las estructuras legales inadecuadas, hasta tal punto que el país no se ha beneficiado de las oportunidades proporcionadas por el aumento del precio de los minerales. Y la participación de los ejércitos de los países vecinos en las regiones de Kivu del Norte y del Sur, ha hecho difícil para la RDC explotar sus reservas de coltán. La minería es mayormente artesanal y a pequeña escala. El contrabando de coltán proporciona ingresos para la ocupación militar de la RDC, así como la prolongación del conflicto.

La explotación ilegal del coltán no sólo ha causado miles de pérdidas de vidas congoleñas, sino que también genera preocupación por el medio ambiente. La actividad minera incontrolada está erosionado la tierra y contaminando lagos y ríos, afectando a la ecología de la región.

La invasión del este de la RDC por los países vecinos, está motivada en primer lugar por el deseo de ganar control sobre sus recursos naturales. Grupos rebeldes del Congo Occidental se ven también motivados por consideraciones más de tipo económico que político. A ojos de muchos congoleños, estos grupos rebeldes son sólo marionetas de los países vecinos y de corporaciones occidentales.

Cuando usemos un teléfono móvil o cualquier otro aparato hecho de coltán, pensemos en los miles de congoleños inocentes que están muriendo en estas áreas donde se extrae el coltán.

Referencias

  1. Wystma, Ken. Pursuing Justice: The Call to Live and Die for Bigger Things. Thomas Nelson, 2013
  2. Véase el sitio CNN Freedom Project donde aparece la historia de Abdul y otras sobre esclavitud en los campos de cacao del Este de África.
  3. (http://thecnnfreedomproject.blogs.cnn.com/category/chocolates-child-slaves/)
  4. Véase la web de International Cocoa Organization para más información.
  5. (http://www.icco.org/)
  6. Véase la web de África New Day (AND) para más información. (http://africanewday.org/)
  7. Alcorn, Randy. Money, Possessions and Eternity. Tyndaly House Publishers Inc. 2003.
  8. Compromiso de Ciudad del Cabo. Parte I, 7ª, 2010
  9. Véase la web de “Trade as One” para más información. (http://tradeasone.org/)
  10. Véase la web de Divine para más información. (http://divinechocolate.com/us/)
  11. Véase la web de “Food for hungry” para más información. (http://fh.org/)

Authors' Bios

Bosela Eale

El Dr. Bosela Eale, ciudadano de la RDC  y Vice- rector dela Universidad Internacional de Liderazgo de Burundi, sirve como asociado senior de Lausana para Desarrollo de Liderazgo. Tiene grados en Historia, Ciencias Sociales y Sociología, así como un master en Divinidad de la Escuela Internacional de Teología de Nairobi y un doctorado en Ética Teológica de la Universidad de Sudáfrica. Ha servido en Campus Crusade for Christ en la RDC y ha sido pastor y Ministro Regional de Discípulos de Christ Community.

Carrie Ngangnang

Carrie Ngangnang ejerció defensora de la justicia en la Misión Internacional de Justicia durante tres años, y actualmente escribe sobre esclavitud, justicia y servicio inter-cultural para ConversantLife.com. Forma parte de la junta directiva de My Refuge House, un hogar para el cuidado de los supervivientes de la industria comercial del sexo en Cebú, Filipinas. Cuenta con una licenciatura en Misiones Mundiales y Evangelismo del Seminario Teológico Gordon-Cornwell, y trabaja para la iglesia Mariners Church en Newport Beach, California, capacitando a individuos para servir a diario en sus comunidades.

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