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“Las ciudades son de una importancia crucial para el futuro de la humanidad y la misión mundial”.[1] Así empieza la Llamada a la Acción en su declaración sobre las ciudades. En una época tan reciente como los años 90, los comentaristas anunciaban el “fin de la geografía,[2] y un mundo más plano,[3] dado que el cambio tecnológico aumentaría la homogeneidad y haría las ciudades menos importantes.

Esto no sucedió. De hecho, el “mundo se está volviendo más puntiagudo”, a medida que la creciente importancia de lo “local” opera junto a lo “global”,[4] reflejando la creciente importancia de la interacción humana a la hora de compartir el conocimiento a escala local, para hacer de las ciudades los lugares críticos para la migración y el desarrollo. Las ciudades no son sólo centros de poder, riqueza, cultura y empleo. Son también lugares que concentran a los más pobres de los pobres con un aumento constante de asentamientos informales, incrementando su importancia en la agenda global de cambio climático.[5] [Nota del Editor: Véase el artículo de Mick Pope “Cambio Climático en Oceanía: Ecomisión y ecojusticia”, en este número de marzo 2014 de Lausanne Análisis Global.]

Tal y como señala El Compromiso de Ciudad del Cabo, las ciudades, deben estar en el corazón de cualquier estrategia para la misión global en el siglo XXI. Este artículo ofrece cuatro elementos fundacionales básicos para una respuesta eficaz a este reto.

1. Comprender las implicaciones del crecimiento urbano

Es vital examinar la evidencia del crecimiento urbano y sus implicaciones en la misión global. A primera vista, esto puede parecer evidente. Sin embargo, una revisión estratégica reciente de Global Connections (la red británica para la misión mundial) ha descubierto que entre las agencias de misión global con base en Reino Unido, todavía predomina un paradigma rural de misión.[6]

  • Los sitios web de agencias misioneras con base en Occidente comunican mensajes e imágenes claros invitando a unirse a ellos para llegar a la gente, para predicar el Evangelio particularmente en zonas rurales.
  • Sin embargo el hito se superó hacia 2008 cuando más de la mitad de la población mundial llegó a ser urbana. [Nota del Editor: Véase el artículo de Mac Pier, “Influencia de la Ciudad Global: una reflexión personal”, en el número de junio 2014 de Lausanne Análisis Global.]

Las Naciones Unidas esperan que esta proporción llegue al 70% hacia 2050,[7] con una media de 200.000 personas añadiéndose cada día a la población urbana en el mundo, el 91% de estas en el sur global.[8] Mientras a Londres le llevó 130 años crecer de uno a ocho millones, a Dhaka sólo le llevó 37 años y a Seúl sólo 25.[9]

Tal y como señala El Compromiso de Ciudad del Cabo, la ciudad es también el lugar donde es más probable encontrar cuatro grupos cruciales de personas: gente joven, personas de grupos menos alcanzados que han emigrado a la ciudad, los que marcan tendencias en cultura y los más pobres de los pobres. La misión de la comunidad cristiana debe reconocer la evidencia y desarrollar una estrategia que responda a la urbanización en el mundo hoy.

2. Evitar fijarse sólo en las ciudades globales

Las ciudades globales son los sitios mejor conectados y con un perfil más alto del planeta. Tal y como señala Janice Robinson en Ordinary Cities,[10] es una característica del examen occidental del desarrollo urbano, enfatizar la jerarquización de las ciudades:

  • En la cima de esta jerarquía están las ciudades globales (particularmente ciudades como Londres, Nueva York, París o Tokio)- núcleos clave para la economía del conocimiento que residen en el corazón de la economía global.
  • En un nivel algo inferior se halla el creciente número de mega-ciudades (ciudades de más de 10 millones de habitantes) del hemisferio sur, como Johannesburgo, Lagos, Karachi, Ciudad de México, Dhaka, y Bombay con su compleja mezcla de oportunidades económicas y enormes retos sociales, medioambientales y espirituales.
  • Incluso las capitales de países en transición económica, como Tiflis (Georgia) y Ereván (Armenia), representan el 75% de sus economías nacionales.

Pero si el objetivo de las misiones simplemente pasa del ámbito rural a estas ciudades, estaremos pasando por alto algo crucial: más del 53% de la población urbana mundial vive en ciudades más pequeñas, de menos de 500.000 habitantes.[11]

3. Comprender el desafío urbano

Tenemos que comprender antes de empezar a actuar. Como ha señalado David Smith: “Desgraciadamente, la reflexión cristiana sobre el desafío urbano a menudo ha saltado demasiado rápido a la práctica de la misión dentro de la ciudad, y por tanto le ha faltado una adecuada investigación y comprensión de la naturaleza de contexto urbano”.[12]

Se debe prestar más atención a apreciar la naturaleza del cambio urbano y lo que significa para la misión. Como indicó el estudio sobre las Conexiones Globales, una razón para el paradigma rural dominante es el hecho de que parece menos difícil trabajar en las zonas rurales y levantar una comunidad cristiana en ellas.

Es la complejidad y diversidad lo que hace a las ciudades tan fascinantes. Para comprender verdaderamente el contexto urbano, resulta vital viajar más allá de la ciudad capital. Dada su conectividad internacional y dimensión urbana, la ciudad capital, incluso en el sur global, es probable que reproduzca e incluso exagere muchas de las características de sus iguales de Occidente, tanto las buenas como las malas.

Por eso, para apreciar bien el carácter y pulso espiritual de un país, es mejor enfocarse en las ciudades secundarias e intentar comprender cómo han sido moldeadas por su desarrollo institucional, social y cultural a lo largo de la historia.

Parte del interés de las ciudades de tamaño medio o más pequeñas, es que no responden a un solo tipo. De hecho, su diferente historia puede llevarlas a desempeñar diferentes roles dentro del sistema urbano nacional.

En un estudio de las ciudades inglesas, las ciudades de tamaño medio se agruparon en categorías tipológicas basadas en sus características dominantes y trayectorias históricas.[13] Este planteamiento tiene limitaciones: las ciudades, a menudo, tienen características de dos o más categorías lo que lleva a una cierta simplificación.

No obstante, el estudio mostró la significativa y rica variedad de las características locales entre las ciudades en el sistema urbano inglés y la forma en que se han visto definidas por la historia.

Las características tipológicas identificadas fueron:

  • Ciudad Puerta—proporciona conexiones para bienes y personas en la economía internacional (por ej.: la existencia de un puerto o aeropuerto como Grimsby o Hull).
  • Ciudad Industrial—desarrollada a lo largo de la historia en torno a uno o dos sectores industriales dominantes como consecuencia de las ventajas de su geográfica física o por su proximidad a materias primas (por ej.: Blackburn, Burnley y Stoke-on-Trent).
  • Ciudades Patrimonio o ciudades turísticas—atraen a visitantes nacionales o internacionales debido a su situación favorable o a su herencia histórica, cultural o arquitectónica (por ej.: Bath, Blackpool y Worthing).
  • Ciudad de servicios regionales—históricamente han crecido por proporcionar oportunidades de empleo, pequeño comercio y otros servicios a su región más amplia (por ej.: Chester, Gloucester y Norwich).
  • Ciudad de conocimiento universitario—alberga una universidad líder, con experiencia en ciencia y tecnología y la capacidad de promover la innovación y concentración de compañías derivadas de las mismas en la economía local (por ej.: Cambridge y Oxford).
  • Ciudad en una región principal o en la proximidad de una gran ciudad—se beneficia históricamente de su conexión física con la región principal o la proximidad a una gran ciudad, especializándose en industrias complementarias de alto nivel de conocimiento que dan a la ciudad más grande su ventaja comparativa en la economía nacional o global. (por ej.: Aldershot y Reading).

La ciudad de conocimiento universitario y la ciudad en una región principal, tienden a ser las más fuertes económicamente con empresas de más alta productividad y mano de obra más cualificada y mejor pagada. Las ciudades puerta y ciudades industriales, tienden a ser las más débiles, con características opuestas. Los otros tipos están en el medio. Social y culturalmente, todos los tipos ofrecen retos y posibilidades particulares.

Semejante planteamiento es más válido en un contexto de Europa Occidental, donde ha habido una evolución larga y variada en el papel y desarrollo de las ciudades  y donde el sistema urbano está adquiriendo un carácter cada vez más heterogéneo.[14] Más allá de Europa Occidental, la escena puede ser diferente. En Europa del Este, por ejemplo, es probable que dominen dos tipos, reflejando los modelos de desarrollo de la antigua Unión Soviética: ciudades de servicios regionales y ciudades industriales.

En el sur global los modelos también serán distintos. No obstante, como señala Janice Robinson, más vale que concibamos a todas las ciudades como comunes[15] dado que debemos apreciar la profundidad de la diversidad y complejidad cultural que define el particular futuro de todas la ciudades. Haciéndolo evitaremos el planteamiento occidental de etiquetar a las ciudades dentro de la jerarquía que pone en la cabecera a las ciudades globales y a las capitales, a expensas de las demás.

4. Agencias misioneras y respuesta de la iglesia 

Podemos, pues, empezar a desarrollar una respuesta. Las agencias misioneras deberían comenzar por comprender y, después, ayudar a educar y comunicar que el mundo es cada vez más urbano y que, como consecuencia, nuestra respuesta contemporánea a las necesidades de la misión debe ajustarse a esta realidad. Esto supone diseñar y construir juntos respuestas estratégicas, extraídas de lecciones de buenas prácticas. Sobre todo, es el momento de que desaparezca la ciudad invisible de la imagen que tan frecuentemente se comunicada sobre la naturaleza de la misión.

Las iglesias tienen un papel decisivo para actuar estratégicamente y sobre el terreno. Están empezando a reconocer las oportunidades de desarrollar redes de ciudad-a-ciudad, partiendo de las características naturales de conectividad, densidad y relaciones funcionales a través y dentro de las ciudades. Operan con más fuerza a través de las grandes ciudades, como la red pionera Redeemer City to City.[16]

Puede ofrecerse una distinción útil en el espectro de los papeles con los que la iglesia contribuye a la misión en la ciudad. Estos abarcan desde la red hasta la iglesia local partiendo de los flujos y espacios naturales que caracterizan a la ciudad (ver cifras de abajo):

  • Algunas iglesias, particularmente las grandes iglesias del centro de las ciudades, operan por medio de sus miembros a lo largo de la ciudad como un todo e incluso posiblemente más allá. Podemos llamarlas iglesias network (red) por la manera en la que usan las redes localmente, en la ciudad, e internacionalmente en misiones. En las tipologías descritas más arriba, estas iglesias se pueden encontrar más comúnmente en la universidad, en la región de una gran ciudad, capitales y ciudades de servicios regionales.
  • Otras iglesias son más locales partiendo de y sirviendo a la vecindad de su comunidad local, a veces en los espacios más pobres y más aislados de la ciudad. Se encontrarán en todas las ciudades.

Si se hiciera un mapa de estos roles y relaciones dentro de la ciudad, y las ciudades desarrollaran una mejor comprensión de cómo estos roles pueden complementarse para apoyarse unos a otros por toda la ciudad, sería posibles un planteamiento más estratégico respecto a la misión a la ciudad.

 

Iglesia Red

Iglesia Local

¿Dónde está la iglesia?Centro Ciudad (principalmente)Vecindad, afueras, centro ciudad
¿Qué ciudades?Capitales, servicios regionales, ciudades en región de gran ciudad, universidadTodas las ciudades, industriales, ciudades puerta
ObjetivoEstratégico, incluidos ámbitos público y civil. Se relaciona con el flujo de la ciudadLocal, principalmente el ámbito privado. Se relaciona con los espacios de la ciudad
Miembros de la iglesiaObtiene miembros de toda la ciudad y aún de más alláObtiene sus miembros de la vecindad inmediata/localidad
Características de los miembrosMovilidad, asistencia significativa, profesionales, estudiantes, culturalmente diversaLocal, reflejan el carácter étnico/social y cultural de la localidad; más estable
Cómo operaRedes (por ej.: residencial, profesional, plantas de iglesia, capacidad el edificio, etc.)Local (casas)
 
MisiónDe lo local, a través de la ciudad al mundoPrincipalmente localidad primero
Misión globalColaboradores en la misión, programas de misiones a corto plazo, proyectos internacionales, relaciones internacionales claveColaboradores ocasionales e interés global, pero misioneros principalmente enraizadas en la localidad

Conclusión 

El Compromiso de Ciudad del Cabo insta a que “discernamos la mano de Dios en el enorme aumento del urbanismo en nuestro tiempo” y “respondamos a este hecho prestando atención urgente y estratégica a la misión urbana”.[17] Este artículo sugiere cuatro fundamentos básicos para responder a esta llamada de una forma eficaz que sitúe a las ciudades en el corazón de la misión.

Referéncias

  1. El Compromiso de Ciudad del Cabo, pág. 56.
  2. O’Brien, R (1992) Global Financial Integration: The End of Geography, New York: Council on Foreign Relations Press.
  3. Friedman, T L (2007) The World is Flat: A Brief History of the Twenty-First Century, 3rd edition, New York: Picador.
  4. McCann, P (2008) ‘Globalization and Economic Geography: the World is Curved, not Flat’, Cambridge Journal of Regions, Economy and Society, vol. 1, pp. 351-370.
  5. Bulkily, H and Betsill, M M (2013) Revisiting the Urban Politics of Climate Change, Environmental Politics, vol. 22, no. 1, pp. 136-154.
  6. Véase la web Global Connections, disponible en www.globalconnections.org.uk/missionresearch.
  7. UN-HABITAT (2012) State of the World’s Cities 2012/2013: prosperity of cities, Nairobi, UN-HABITAT.
  8. Ibid.
  9. UN-HABITAT (2004) State of the World’s Cities 2004/2005: globalisation and urban culture, Nairobi, UN-HABITAT.
  10. Robinson, J (2006) Ordinary Cities: Between Modernity and Development, Abingdon Oxon: Routledge.
  11. UN-HABITAT (2006) State of the World’s Cities 2006/2007: the Millennium Development Goals and urban sustainability, Nairobi, UN-HABITAT.
  12. Smith, D W (2011) Seeking a City Without Foundations: Theology for an Urban World, Nottingham: Inter-Varsity Press.
  13. Hildreth, P A (2007), Understanding Medium-Sized Cities, Town & Country Planning, vol. 76, no. 5, pp. 163–167.
  14. Dijkstra, L, Garcilazo, E, and McCann, P (2013) ‘The Economic Performance of European Cities and City Regions: Myths and Realities, European Planning, vol. 21, no. 3, pp. 334-354.
  15. Robinson, R, ibid.
  16. Redeemer City to City Network, disponible en: http://redeemercitytocity.com.
  17. El Compromiso de Ciudad del Cabo, pág. 56.

Paul Hildreth es un asesor independiente en materia de ciudades, regiones y economías locales que sirve como profesor visitante en la Universidad Salford de Manchester, y como  Associate for the Centre en Londres, mientras prepara su Doctorado en el University College London. Realiza investigaciones y trabajos relacionados con esta política para organizaciones internacionales y lidera el equipo de misiones exteriores en St Mary’s Reigate, su iglesia en el sur de Inglaterra.