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Más de 600 participantes de todo el mundo se reunieron en Belén en marzo para CHRIST AT THE CHECKPOINT (CATC) 2014, la tercera de estas conferencias que intenta preguntarse “Qué haría Jesús” en el contexto del conflicto entre Israel y Palestina.[1] El Bethlehem Bible College organizó la Conferencia, invitando a una amplia gama de teólogos y políticos a discutir cómo deben responder los cristianos evangélicos a uno de los conflictos más politizados de nuestro tiempo

  • Qué significa buscar el Reino de Cristo en una disputa territorial
  • La llamada de Jesús a amar a nuestro prójimo, ¿exige acción como respuesta? y en ese caso, ¿qué tipo de respuesta?
  • ¿Cómo el ser cristiano contribuye a hacer la paz? 

Giro evangélico

Estas preguntas no sólo dirigieron la conferencia sino que captaron una corriente actual en el pensamiento evangélico respecto a la cuestión israelí-palestina. Los cristianos han estado durante mucho tiempo entre los más estrictos defensores de las políticas de Israel, especialmente los de EEUU. Sin embargo, CATC y las discusiones relacionadas con el mismo, resaltaron el hecho de que los evangélicos están tomando en consideración cada vez más la perspectiva teológica y el discurso palestino, y buscan una postura más equilibrada en el conflicto.

Una semana antes de la conferencia, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores Israelí, Yigal Palmor, afirmó que era un “intento de usar motivos religiosos para movilizar la propaganda política”. Las críticas de los medios de la derecha también se expandieron antes de que la conferencia hubiera siquiera empezado, con muchos artículos denunciando el declive del apoyo a Israel entre los evangélicos, especialmente entre los jóvenes.

El director de la conferencia, Munther Isaac, rechazó estas acusaciones en una declaración hecha a Christianity Today. “Estábamos entristecidos por los comentarios del señor Palmor … es desafortunado que un dignatario israelí considere propaganda política una conferencia que pretende crear una plataforma para el diálogo de líderes evangélicos, tanto internacionales como locales,  y teólogos para debatir sobre el conflicto palestino-israelí. Somos evangélicos palestinos, y creemos que tenemos una perspectiva que debe ser oída”.

La realidad del conflicto se vio en visitas sobre el terreno a zonas de los territorios ocupados y controles fronterizos a lo largo de la semana, así como en dos enfrentamientos entre manifestantes palestinos y la policía israelí delante del hotel de la conferencia. Una escalada de violencia, con múltiples muertes palestinas esa semana, así como un aumento de ataques con cohetes a y desde Gaza, reforzaron la sensación de sufrimientos en ambas partes.

Diversas creencias teológicas 

El lema de la conferencia era “Venga tu reino”, que significaba algo diferente para cada grupo asistente, desde cristianos palestinos a judíos mesiánicos, menonitas, evangélicos reformados, y dispensacionalistas. La principal división teológica residía entre cristianos sionistas, que creen que la vuelta de los judíos a Tierra Santa cumple la profecía bíblica y exige el compromiso cristiano de apoyar políticamente a Israel, y los que creen otra cosa.

Sin embargo, la diversidad fue un plus para CATC, según Bishara Awad, fundadora del Bethlehem Bible College. “Puedes oír puntos de vista teológicos que no son los tuyos”, dijo Awad en la sesión inaugural. “Cuando los oyes, pregúntate: ¿ayuda esto al Reino de Dios? Es decir, estas perspectivas, ¿defienden la justicia y la paz, defienden al débil, ayudan al pobre?”

A pesar de la amplia gama de creencias teológicas, los asistentes a CATC se unieron en su compromiso con la paz mediante cuatro puntos principales de la conferencia:

 1. Reconciliación

El reconocimiento de los diferentes discursos en el conflicto israelí-palestino es clave para la reconciliación. Adoptar la perspectiva del “enemigo” puede ser doloroso, dijo Salim Munayer, director de Musalaha Ministries, especialmente cuando invalida tu propio sentido de identidad. Sin embargo el Evangelio llama precisamente a los cristianos a amar a sus enemigos viéndolos como prójimos, hermanos y amigos.

“El reino de Dios no consiste en empuñar una espada en contra de otros seres humanos, sino en bendecirlos”, dijo Munayer- una idea que está radicalmente en contra del rechazo habitual de israelíes y palestinos hacia “el otro”.

“Cuando los cristianos oran ‘líbranos del mal’, no es sólo del mal que procede de otros. Muchas veces es del mal que hacemos nosotros”, señaló Munayer, invitando a los cristianos a dar ejemplo auto examinándose humildemente. “Debemos preguntarnos siempre: ¿Son mi teología, discurso y conducta una fuente de bendición para el enemigo? Si no lo son, este no es el reino de Dios”.

La reconciliación también requiere amar a tu prójimo a pesar de las diferencias escatológicas, como se demostró mediante el diálogo entre judíos mesiánicos, cristianos palestinos y evangélicos de otros países.

Gary Burge, teólogo del Wheaton College, y el líder judío mesiánico Daniel Juster, ahondaron en los matices del conflicto teológico, abordando el sionismo, dispensacionalismo, supercesionismo,[2] la teología del remplazo, y cómo se relaciona todo esto con la paz, la justicia y Jesús. Los dos discreparon en cuanto a si los judíos continúan jugando un papel especial en el plan de salvación de Dios y sobre la teología del territorio, pero coincidieron en la centralidad de Jesús, y la urgente necesidad de comunión y unidad cristiana.

El líder judío mesiánico Oded Shoshani, también llamó a la unidad entre los creyentes en Tierra Santa. “Los creyentes judíos mesiánicos y palestinos se necesitan unos a otros. Necesitamos amor práctico que sobrepase las diferencias y teologías”, afirmó Shoshani.

 2. Construcción de la paz

Dr. Geoff Tunnicliffe, secretario general de la Alianza Evangélica Mundial, aplaudió CATC como intento pacificador. La complejidad política no debe detener a los evangélicos a la hora de perseguir la paz que arde en el corazón de Dios, dice. “El sufrimiento, dolor y desesperación de los cristianos, musulmanes y judíos que hay aquí, son una afrenta a la humanidad y a nuestro Dios, dijo Tunnicliffe. El príncipe de Paz dio su vida para que nos reconciliáramos con Dios y unos con otros”.

Los evangélicos pueden discrepar sobre cómo acabará el mundo, cómo será el regreso de Jesús o si Tierra Santa tiene algo que ver con ello, dice Tunnicliffe. Sin embargo, podemos coincidir en las directivas claras de Jesús de amar al prójimo, sea quien sea. “Como evangélicos tenemos muchas creencias básicas en común. La escatología no es una de ellas”, nos dijo. “Pero por el bien de la unidad cristiana, ¿podemos vivir llenos de gracia, de forma que honremos a Cristo en medio de nuestras discrepancias?

Las discrepancias escatológicas no deben impactar el compromiso de los cristianos de oponerse a la injusticia y amar incluso a los que nos hieren. “Es un error pensar que restringir la libertad de algunos creará estabilidad para otros en la sociedad”, afirmó Tunnicliffe, añadiendo que la paz de Cristo debe ser una bendición para todos, no una exclusiva de unos pocos. “El poder asegurado por la opresión y la prisión de minorías es un poder precario e inestable”.

 3. Islam

¿Quién es mi prójimo? ¿Quién es mi enemigo? Estas preguntas guiaron las discusiones no sólo  sobre Israel y Palestina, sino también del cristianismo en medio de la agitación política y el islamismo creciente en Oriente Medio.[3] La respuesta fue constantemente: todo el mundo es mi prójimo y nadie es  mi enemigo.

“No hay nosotros ni ellos cuando definimos al prójimo”, predicó Munther Isaac, director de la conferencia. “Todo el mundo es el prójimo y estamos llamados a amarle como a nosotros mismos”.

El ministro palestino Hanna Massad habló de Rami Ayyad, creyente ejecutado por militantes en Gaza, uno de los muchos árabes en la diana por su fe. “Los cristianos en Occidente están apoyando una ocupación vista como mala e injusta. Algunos extremistas reaccionan en contra de esto canalizando su hostilidad hacia los árabes cristianos”, afirma Joseph Cumming de la Universidad de Yale.

Sin embargo, los oradores no llamaron a la resistencia ni a la venganza, sino a la reconciliación. “Cristo nos muestra el poder del amor y del perdón. No permitamos que nada nos robe la paz ni el gozo de nuestros corazones”, dijo Massad. El perfecto amor echa fuera el temor, predicó igualmente Cumming. “Si nos centramos en nuestra propia supervivencia, no sobreviviremos. Si estamos dispuestos a poner nuestra supervivencia en riesgo para amar a nuestros vecinos, será así como viviremos de verdad”.

Cristo nos llama no a una autocompasión temerosa, dice el teólogo anglicano Collin Chapman, sino a una disposición valiente y vulnerable para extender la mano y comprender (a otros). “Si Jesús pudo cambiar la actitud de sus seguidores judíos hacia los samaritanos, ¿no podría cambiar nuestro corazón hacia los musulmanes hoy en día?”

El obispo copto Angaelos habló asimismo de la respuesta de la iglesia egipcia a la persecución: “No tenemos enemigos en el cristianismo. Amar a nuestros enemigos significa amar a los que se consideran nuestros enemigos. Así pues, la enemistad está rota. Combatimos el odio viendo en cada persona la imagen de Dios. Palestino, israelí, cristiano o musulmán, en el centro veo y amo la imagen y semejanza de Dios en cada persona”.

4. La iglesia palestina

Los cristianos palestinos fundaron y ahora dirigen el Bethlehem Bible College, que organizó CATC. Fueron los oradores con una posición más clara en contra de la ocupación israelí.

“Una tierra compartida es aquella en la que todos son vecinos e iguales. Para que esto suceda, la ocupación debe acabar”, dijo Isaac.

La diferencia entre su discurso y la corriente palestina mayoritaria, sin embargo, fue su llamada a un fin de la ocupación no conquistando al “otro” o por medios violentos, sino preocupándonos por él.

“El Evangelio es y deben ser buenas noticias tanto para palestinos como para israelíes”, dijo Bishara Awad. La justicia exige defender al débil y al oprimido. Sin embargo, afirmar la dignidad de los palestinos no va en detrimento de la misma dignidad humana de los israelíes”.

“No estoy en contra de que los judíos vivan en este país. Quiero que los palestinos, israelíes, judíos y cristianos vivan en esta tierra en paz”, dijo el Reverendo Alex Awad. “Tengo esperanzas porque creo en Dios, que ama a los judíos y a los palestinos. Cuando miro a Dios, sé que la paz está en camino”.

Conclusión

CATC pretendía “desafiar a los evangélicos a asumir la responsabilidad de ayudar a resolver los conflictos en Israel-Palestina partiendo de la enseñanza de Jesús sobre el reino de Dios”. Ha llegado el momento de que los seguidores de Jesús tomen en serio su vocación de pacificadores y actúen positivamente en esta parte del mundo.

Lynne Hybels, confundadora de Willow Creek Church, habló en estos dos primeras conferencias CATC sobre su descubrimiento de la iglesia palestina. Dijo recientemente: “Todavía soy pro-israelí, pero me he convertido también en pro-palestina, pro-paz y pro-justiciaa y pro-igualdad para que judíos y árabes vivan como prójimos en Tierra Santa. ¡En la base está siempre ser pro-Jesús!”

Si más cristianos empezaran a adoptar esta misma actitud, veríamos la esperanza que se necesita ansiosamente en Oriente Medio

Notas 

  1. Véase “The impact of Israeli-Palestininan Conflict on Ministry to Muslims”, Thomas Harvey, en el número de enero de 2013 de Lausanne Análisis Global enhttps://lausanne.org/en/documents/global-analysis/2013-01.html
  2. El supersesionismo o supercesionismo es conocido también como teología del remplazo, la idea es que la iglesia ha tomado el lugar de Israel en el plan de Dios.
  3. Véase “Inestabilidad en Oriente Medio: Implicaciones locales y globales para los Cristianos”, Wafik Wahba, en el número de noviembre de 2013 de Lausanne Análisis Global.

Munther Isaac es instructor y vice-decano académico en el Bethlehem Bible College y doctorando en el Oxford Centre for Mission Studies. Desde 2011 ha sido director de la conferencia internacional del Bethlehem Bible College  “Cristo en el Checkpoint”.

Alice Su estudió Políticas y Relaciones Internacionales en Princeton Universtiy y ahora vive en Amman, Jordania, como periodista free-lance y trabajando con los refugiados. Colaboró como voluntaria en el equipo de medios de comunicación de CATC 2014.