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Nuestra reciente capacidad de interconexión tecnológica revela a cualquier que tenga un navegador de Internet que la iglesia mundial de base está parada sobre una sustancial y apasionante unidad del evangelio. Los desafíos, por supuesto, existen, y no debemos ignorar las confusiones que amenazan nuestro vínculo e intentan corromper el evangelio, especialmente en las ondas radiales. Pero esa cautela no debería disminuir nuestro entusiasmo, ya que tenemos mucho que celebrar y reconocer aquí. No obstante, si bien este acuerdo amplio sobre el evangelio histórico es fácilmente discernible, existe una seria barrera.

La apologética y la evangelización, malentendidas

He llegado a sospechar que hay una confusión paralizante en la iglesia mundial cuando se trata de la conexión o relación entre la apologética y la evangelización. Lo he vislumbrado frecuentemente en las historias que escuché al entrevistar a más de 450 candidatos para el Oxford Centre for Christian Apologetics (OCCA – Centro de Oxford para la Apologética Cristiana) durante los últimos siete años. Lo he escuchado en todo el mundo de labios de pastores, ministros, obreros y otros creyentes. Lo vi cuando llegué a la fe cuando era un estudiante de filosofía y comencé a intentar guiar a mis amigos a Cristo. Hay una confusión muy real acerca de la evangelización, y existe un malentendido aún más profundo acerca de la apologética.

¿En qué consiste la misión? ¿Qué es la apologética? ¿Es poco espiritual? ¿Qué es la evangelización? ¿Cómo funciona? ¿Debería compartir las razones por las que creo?

En vez de saltar a definiciones del original griego, me limitaré a presentar un modelo conceptual. Me cambió la vida descubrirlo, y he encontrado que concuerda claramente con las directivas bíblicas, además del relato bíblico más completo. ¿Podría haber algo erróneo en la forma que entendemos la evangelización si nuestro enfoque de “un tamaño para todos” parece darse de bruces con la capacidad de Cristo de hacer 290 preguntas individualmente únicas? ¿O si la ponemos junto a las tácticas cambiantes de Pablo con los judíos y los griegos, sin mencionar su discurso de Hechos 17?

El Espectro Apologético

Recibí el modelo que uso para entender la forma en que se relacionan la evangelización y la apologética del Dr. Andrew Fellows (previamente de L’Abri y ahora en Christian Heritage, en Cambridge, Reino Unido). Lo denomina Apologetics Spectrum (Espectro Apologético).[1] Es a la vez práctico y bíblico, pero no intentaré defenderlo ni ofrecer una defensa teológica exhaustiva. Andrew dice que hay tres clases de actividad de extensión desde el creyente hacia el aún no creyente: subversión, persuasión y proclamación.

1. Subversión: encender la luz, plantear preguntas, abrir las puertas, involucrarse con la cultura.

En la etapa subversiva, el creyente está interesado en aflojar las cadenas. Su objetivo es hacer preguntas o presentar reflexiones en la forma de películas, música, literatura y arte, que permitirán al escéptico tener el andamiaje relacional y social que le permita dudar de sus ideas y creencias subyacentes pero contrarias. El objetivo es “sacudir la jaula”. Podríamos intentar ver un programa de noticias con un amigo escéptico, y luego capturar su reacción moral ante una de las historias de injusticia y preguntar: “¿Piensas que tu sentido de indignación moral apunta a un bien verdadero y un mal verdadero?”.

Jesús usaba este tipo de enfoque bastante, y sus preguntas mostraban que escuchaba con atención. Las preguntas de Jesús eran subversivas porque abrían el tema, exponiéndolo ante la más brillante de las luces y llegando al corazón del asunto. Si nos centramos demasiado en bosquejos del evangelio y en leyes espirituales, nos perdemos de averiguar lo que las personas realmente quieren saber. Los bosquejos y los tratados tienen su lugar, pero en la etapa subversiva queremos enfocarnos más en desarrollar un entendimiento del arte, la filosofía y la cultura contemporáneos.

Discutir películas, música y arte seculares de nivel popular —sin dejar de mantener una clara conciencia ante Dios— puede ser un vehículo asombroso para introducir el evangelio y abrir la conversación. Tal vez usted no llegue a recorrer todo el camino hasta el evangelio, pero no importa. Confíe en el plan y la acción soberanos de Dios para atraer a esa persona; en otras palabras, no se muestre demasiado pesado o extraño aquí. Dele el espacio a la persona, si lo necesita, pero también ore con ella si se lo permite.

Usted no tiene que sentirse presionado para decirle todo acerca del evangelio de inmediato, porque la idea es dar un empujoncito para acercar su cosmovisión, de una idea por vez. ¿Si la persona puede entender que Dios la ama, a aun cómo podría ser el amor verdadero, por ejemplo, no podría entonces encontrar que el juicio de Dios es menos intimidatorio o que su sacrificio por ella es más reconocible?

¿Cómo podríamos hacer esto en la práctica?

  • Cuando busca ser subversiva, una iglesia podría iniciar un festival de cine, un concurso fotográfico, un festival de arte o de poesía, una noche de “micrófono abierto”, e invertir en eventos culturales y artísticos de excelente calidad. En RZIM/OCCA (Ravi Zacharias International Ministries/Oxford Centre for Christian Apologetics) hemos visto que esto ha funcionado muy bien.
  • En una empresa u oficina esto podría tomar la forma de una conferencia, un foro abierto o una discusión sobre temas como “La confianza y la verdad en el trabajo y en la vida” o “La ambición y el éxito en el trabajo y en la vida”.
  • En una universidad, escuela o facultad, podría ser una conferencia departamental sobre “El problema del sufrimiento”, o una conferencia pública sobre “La religión y el cine” o “JRR Tolkien, el Señor de los Anillos, y la fe cristiana”, o una discusión o un debate público sobre un tema relacionado indirectamente.
  • Podría tomar la forma de un evento o servicio comunitario, que atraiga la atención a la comunidad subversiva y diferente que la iglesia puede ser realmente, en su máxima expresión.

2. Persuasión: dar y compartir razones, dar razón de la esperanza, persuadir a la persona toda con todo el evangelio.

La etapa de persuasión involucra tanto escuchar como dar razones de la verdad y la confiabilidad de la cosmovisión cristiana. Esto implica defender nuestra propia posición, compartiendo las razones detrás de nuestra creencia. Por ejemplo, podría tomar la forma de presentar a un escéptico algunas de las excelentes razones que tenemos para aceptar la Biblia como un verdadero retrato de Jesús o para creer en Dios. Alternativamente, podría ser tan sencillo como compartir cuánta diferencia ha hecho en nuestra propia vida tener una relación con Dios.

Mirar detrás de la pregunta o la objeción que alguien pide que contestemos puede revelar preocupaciones ocultas o más personales. Tal vez una consulta acerca de Dios y el sufrimiento en realidad viene del corazón de la persona, que pregunta: “¿Es Dios una persona buena? ¿Puedo entregarme de manera segura a Dios?”. Siempre hay una pregunta detrás de la pregunta, y para descubrirla solo tenemos que interesarnos lo suficiente como para escuchar y preguntar sabiamente. El amor puede tomar la forma de escuchar y, frecuentemente, como haría Francis Schaeffer, tenemos que dedicar más tiempo a escuchar y a hacer preguntas que a hablar. Entonces, cuando hablamos, cuando ofrecemos nuestra apologética, puede estar apuntada exactamente adonde está la persona; podemos dirigirnos a su corazón.

Era lo que hacía Jesús: trataba a las personas como individuos, con diferentes preguntas y preocupaciones. Si desea mejorar en la persuasión, tendrá que profundizar en las áreas de la apologética, la filosofía y el pensamiento crítico. Debería tratar de entender lo que es una falacia lógica, y aprender a reconocer algunas, como el hombre de paja, el ataque personal o la falacia genética. Jesús fue un gran persuadidor, y era excelente cuando se trataba apelar al sentido común de las personas con las que se encontraba. Cuando intentamos este enfoque, es inevitable que algunas personas necesiten más persuasión que otras, y a veces podremos leer incorrectamente las situaciones. Lo he hecho algunas veces, y es bueno saber que Dios es mayor que los errores que he cometido.

3. Proclamación: predicar el mensaje de la cruz, desempacar la Biblia, declarar la gracia, la verdad y la esperanza, invitar una respuesta.

Finalmente, la etapa de proclamación requiere desempacar el mensaje del evangelio. Buscamos comunicar el mensaje revelado de Jesús y las doradas verdades teológicas de la trinidad, la creación, la caída, la encarnación, la expiación, la resurrección, la salvación y la santificación. Es aquí donde los resúmenes del evangelio pueden ser útiles. Si quiere mejorar la forma en que se comunica en esta etapa, entonces lo mejor es examinar la teología con mayor profundidad y ponerse de rodillas para aplicarla primero a su propia vida.

Requiere un manejo cuidadoso de las Escrituras desempacar el mensaje de la Biblia de manera fiel, y conviene asegurarse de que realmente entienda lo que es el evangelio (ver 1 Corintios 15:1-4). Jesús habló a diferentes personas, pero siempre llegó a la necesidad de responder a lo que Dios estaba haciendo. Transmitió la necesidad de que las personas pusieran su confianza en Aquel que moriría por ellos en la cruz para rescatarlos de todo lo que merecían como consecuencia de sus pecados.

Esto podría significar que una iglesia alquile un restorán local o un lugar neutro, o salir como aquellos primeros evangelistas adonde estuviera la gente y decirles con nuestras palabras lo que Dios ha hecho en Cristo. En la práctica, la proclamación puede mezclarse con la persuasión (la apologética convencional), dando respuestas y aclaraciones sinceras a preguntas sinceras sobre la obra y la persona de Jesús y su evangelio.

Es importante también que anticipemos con mayor cuidado cómo podrían sonar algunas cosas en nuestros mensajes y sermones para alguien que aún no es un cristiano, y adaptar nuestro estilo y tono de comunicación, a menudo considerablemente, para predicar el mismo evangelio, pero a través de palabras y conceptos con las que está familiarizados la persona (como hizo Pablo en Hechos 17). En RZIM intentamos hablar de manera clara, pero también amable, cuando ofrecemos el evangelio las personas. También podría significar orar por ellas, llamándolas al arrepentimiento, y asegurándonos que tengamos tarjetas de evaluación y estrategias de seguimiento listos para usar. Los campos están maduros en todo el mundo, pero ¿dónde están los obreros?

El papel supremo de Dios

De modo que el Espectro Apologético provee un entendimiento de la misión que une la evangelización con la apologética. El modelo presentado hasta ahora tiene una omisión: el papel de Dios. Esta es la historia redentora de Dios, no la nuestra. Así que necesitamos mantener una conversación en oración con Dios mientras evangelizamos, y podríamos encontrar que el Espíritu Santo nos dará perspectivas mientras oramos, porque el Espíritu Santo destraba a la persona desde adentro.

Idealmente, la iglesia mundial necesita que nuestro trabajo de misión sea más amistoso, más convincente y más bíblico. Creo que el Espectro Apologético es una forma efectiva y bíblica de entender cómo deberíamos estar extendiéndonos hacia el mundo para Cristo. Así que yo lo alentaría a salir y ser creativo con la forma en que intente persuadir a las personas y proclamar el evangelio, recordando que Dios es mucho más grande que los errores de usted, y que él siempre puede atrapar a las personas que usted pierde.

Sugerencias prácticas

Subversión

No tenga una actitud negativa acerca de las artes o la cultura popular. Vaya al cine. Espere que las películas, la música y la televisión comuniquen ciertos mensajes, y esté atento a cuáles son. Busque las letras de canciones e involúcrese con ellas. Vea si puede dilucidar qué preguntas más profundas se están planteando.

Haga a las personas preguntas como:

¿Cuáles son sus mayores preguntas?

¿De dónde piensa que viene nuestro sentido del bien y del mal?

¿Tuvo una crianza religiosa?

¿Qué películas y/o música le hablan personalmente?

Persuasión

Intente compartir hechos, más que sentimientos. Evite discutir, y argumente en cambio. Un tema, por ejemplo, sería: ¿Es Jesús una persona de la historia? No predique, sino sea sensible. Muestre que está disfrutando, y haga muchas preguntas.

Proclamación

Conozca el mensaje del evangelio (lea 1 Corintios 15:1-4). Tenga los pies puestos sobre la tierra y explique cómo el evangelio lo afecta a usted personalmente.

Notas finales

  1. Este modelo no ha sido publicado en ninguna forma.

Tom Price es tutor académico en Oxford Centre for Christian Apologetics y apologista de Ravi Zacharias International Ministries (RZIM - “Ayudando al pensador a creer y al creyente a pensar”). Estudió Filosofía en la universidad y luego completó una maestría en Apologética Cristiana. Previamente fue el editor fundador del sitio web de UCCF, bethinking.org. Puede encontrar más información acerca de Tom en www.abetterhope.eu, Twitter: www.twitter.com/abetterhope, RZIM: www.rzim.org, o en Oxford Centre for Christian Apologetics: www.theocca.org.

Traducido por: Alejandro Field