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Acontecimientos mundiales como una pandemia rara vez se experimentan de manera uniforme. La consideración de las tendencias mundiales puede ayudarnos a comprender nuestros contextos locales, que son cruciales para dar respuestas locales eficaces. Lo que sigue son algunos temas clave y formas en las que la iglesia en misión podría responder.

Político

Cabe esperar que una pandemia fortalezca los músculos de las instituciones mundiales destinadas a gestionar los impactos de esos acontecimientos. Sin embargo, en los primeros seis meses de la pandemia, es el brazo del Estado nación el que se ha fortalecido.[1] Muchos gobiernos han ejercido poderes inéditos, presuntamente para contener y gestionar los impactos de la pandemia. El peligro de un creciente autoritarismo (aumento de medidas de seguridad, vigilancia y aplicación de la ley por parte de la policía) ha socavado los apreciados valores democráticos de muchas naciones y ha dado lugar a la incertidumbre y al temor por el futuro para muchos. Pero también hay indicios de fortalecimiento de la sociedad civil; un nivel cada vez mayor de “buena vecindad” localizada y una visión democratizadora y de base del “bienestar” en muchas regiones están ejerciendo presión a favor de la rendición de cuentas y una economía más humana.

Económico


Ian Goldin &
Mike Mariathasan

En 2014, Ian Goldin, experto mundial en los riesgos sistémicos creados por la globalización y autor de The Butterfly Defect, predijo que una pandemia causaría la próxima crisis financiera. El análisis del impacto económico actual traza paralelos con la Gran Depresión de 1929 y proyecta contracciones del PIB que no vistos desde la Segunda Guerra Mundial. Aun los mejores escenarios predicen una recesión mundial a raíz del COVID-19.[2]

Los impactos de una pandemia nos afectan a todos, pero no por igual ni de la misma manera; solo en términos de empleo y negocios podemos ver un impacto diferencial con auges y caídas que ocurren al mismo tiempo. Si bien en los últimos años se ha producido una constante desglobalización de las cadenas de suministro, la interrupción provocada por la pandemia en el comercio mundial y en los flujos de mano de obra acelerará este movimiento hacia industrias clave “costa adentro” en las regiones que puedan permitírselo.[3] Las repercusiones a más largo plazo en el turismo y los viajes podrían resultar en la pérdida de hasta 50 millones de puestos de trabajo, y un período mínimo de recuperación de 10 meses afectará especialmente a la economía de Asia.[4]

Ambiental

La conexión entre la aparición de nuevas enfermedades y los cambios en el clima y la biodiversidad es cada vez más reconocida por los expertos, que consideran que la actual pandemia es una llamada de atención que debemos atender urgentemente. El comercio ilegal de animales, la deforestación y las prácticas agrícolas intensivas contribuyen a aumentar la degradación y el riesgo del medio ambiente.[5]

Si bien hay beneficios inmediatos de las medidas de aislamiento, como la reducción de la contaminación atmosférica,[6] en muchas zonas urbanas es probable que esto sea efímero a medida que el reinicio de la economía mundial cobre impulso.

Social

El impacto social de la pandemia es generalizado y profundo, y no hay nadie que no haya sido afectado. Es muy probable que aumente la desintegración social si los gobiernos y las comunidades no ofrecen el apoyo necesario a quienes han quedado sin empleo y sin esperanza. La evidencia del deterioro de la salud mental es solo uno de los numerosos problemas de salud pública mundial. Es muy preocupante la posibilidad de que aumente el hambre, que podría duplicar con creces la estimación actual de las personas que sufren hambre aguda en todo el mundo hasta alcanzar los 265 millones, la mayoría en África y el sur de Asia.[7]

Los retos actuales que plantean las pandemias exigen que pensemos y actuemos de una manera conectada a nivel mundial pero centrada en lo local

¿La historia de quién gana?

Claramente, los retos actuales que plantean las pandemias exigen que pensemos y actuemos de una manera conectada a nivel mundial pero centrada en lo local para hacer frente a las grandes amenazas de la pobreza, la desigualdad, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, la resistencia a los antibióticos, las crisis financieras y las múltiples formas en que éstas repercuten en los empleos y los medios de subsistencia en todo el mundo.

Goldin cree que podríamos estar en el umbral de un período de cooperación mundial considerable y de un reinicio positivo en muchas esferas de la vida. En este «siglo más increíble para la humanidad» no se trata de «el ejército de quién gana, sino la historia de quién gana».[8] Admite que debe haber un reconocimiento mundial de la dignidad y el valor inapreciable de la vida, así como de nuestra interdependencia con la creación no humana. No hace falta mucha imaginación para ver el papel que un fiel testimonio cristiano podría tener para este fin.

Implicaciones para la misión

“La cooperación para el bien común es lo que nos hará superar esta pandemia”.[9] Con informes en la prensa secular de signos de despertar religioso y espiritual, es evidente que la inseguridad de los tiempos está creando nuevos niveles de receptividad. Rowan Williams resume bien nuestra tarea en estos tiempos: “Necesitamos un verdadero redescubrimiento de una política moral y espiritual, una política que tenga un sentido de bien público, responsabilidad y servicio. Una política que cree confianza”.[10]

En respuesta, sugiero tres ofrendas clave que la iglesia en misión brinda para servir al bien común con fe, esperanza y amor en un mundo intra e interpandémico:

1. La ofrenda de una presencia fiel y “enraizada”

personas desplazadas por la fuerza

70.8

milliones

No tenemos que mirar muy lejos para ver los impactos negativos de “perder el pie de apoyo” con relación al lugar. Vivimos en una época en la que las personas desplazadas por la fuerza están ahora en el nivel más alto jamás registrado. 70,8 millones[11] de personas no viven en hogares y comunidades familiares, desarraigadas con todas las inseguridades y riesgos asociados. Tenemos un pacto que no ha sido revocado de proteger y cuidar a los vulnerables de nuestras comunidades que se ven afectados de manera desproporcionada y negativa por los efectos de la pandemia, entre ellos los desplazados. El principio de subsidiariedad delega y descentraliza el poder a quienes están más cerca de los problemas en cuestión. De esta manera, los cristianos locales pueden ser eficaces tanto para concientizar acerca de los grupos vulnerables como para participar de manera práctica en la satisfacción de las necesidades donde la infraestructura de apoyo sea escasa o inexistente. Podemos contribuir así de manera significativa al fortalecimiento de la sociedad civil y a la resiliencia, especialmente en las regiones donde existe un estado débil o, por el contrario, autoritario.


Por Wendell Berry

El granjero-teólogo y profeta de nuestros tiempos, Wendell Berry, ha estado llamando nuestra atención sobre la importancia de amar y cuidar los vecindarios físicos que habitamos; lo que es bueno para el vecindario, incluido el entorno natural —nuestro hogar y el buen regalo de Dios para nosotros—, es bueno para nosotros. También ve un claro vínculo entre la mentalidad que apoya la degradación del mundo natural y la que tolera o incluso promueve el abuso y el maltrato de las minorías raciales y económicas.[12] La pandemia actual ha llamado la atención sobre los numerosos problemas que hemos creado por nuestra pobre administración del mundo natural (incluidos nuestros propios cuerpos) y Berry, junto con otros ecologistas cristianos, nos recuerda la necesidad de un compromiso fiel con un lugar, y que tome en serio la oración para que la voluntad de Dios se haga en la tierra como en el cielo, reconciliando y restaurando así tanto la creación humana como la no humana.

Por lo tanto, siempre que sea posible, necesitamos afirmar lo local y trabajar para sostener la dignidad y la integridad tanto de la tierra como de sus habitantes, que están unidos en el pacto. Esta es la sabiduría indígena que muchos de nosotros en misión hemos pasado por alto.

2.La ofrenda del “amor y buen juicio”

Como resultado de la “infodemia del coronavirus”, debemos discernir más que nunca la importancia de la veracidad y la confianza para la sociedad. En un mundo posverdad, digitalmente interconectado, un papel clave para la misión es continuar cultivando un discipulado de «amor y buen juicio» (2Ti 1:7, DHH). El orgullo, los intereses creados y la ignorancia han contribuido a la confusión y a la corrupción de la verdad, dominando el discurso público y sembrando el miedo y la desconfianza. La iglesia en misión tiene una contribución vital que hacer, que requiere que estemos inmersos en el contexto, seamos pertinentes y sirvamos humildemente a la verdad, por mucho que esto pueda cuestionar nuestras alianzas actuales.

Nuestra búsqueda de la verdad necesita un sólido buen juicio basado en el amor en lugar del miedo, y en el servicio al evangelio de la paz.

Es preocupante que los cristianos, pasados y presentes, estén asociados con la generación de conspiraciones llenas de miedo que han incitado a comportamientos peligrosos, e incluso a la violencia, contra otros grupos de la sociedad. Al mismo tiempo, los cristianos, junto con otros grupos minoritarios, también han sido víctimas de teorías conspirativas.[13]

Nuestra búsqueda de la verdad necesita un sólido buen juicio basado en el amor en lugar del miedo, y en el servicio al evangelio de la paz. En tiempos de crisis, necesitamos encontrar formas de descubrir y comunicar la verdad de manera efectiva. También necesitamos crear capacidad para las conexiones proféticas y vivificantes entre las “grandes historias” de nuestra fe y las “pequeñas historias” de nuestra vida cotidiana; historias que comuniquen la esperanza de la voluntad restauradora de Dios «en la tierra como en el cielo”.

3. La ofrenda de la colaboración

Moussa Faki Mahamat, presidente de la Comisión de la Unión Africana, señaló que la pandemia debería “servir como un himno al multilateralismo y la solidaridad».[14] Está en nuestra naturaleza y vocación colaborar y atravesar las divisiones y diferencias para trabajar por el bien común. A medida que tomemos en serio nuestro llamado a participar con amor, imaginación, compromiso y vigor en la construcción y fortalecimiento de nuestras comunidades locales, aumentaremos la inmunidad cívica y la resiliencia local en tiempos de incertidumbre. De esta manera, nuestro servicio de amor comunica el mensaje central de la encarnación, que Dios ama a este mundo y desea su restauración a los caminos de la sabiduría y el amor que los poetas y profetas nos han recordado repetidamente: el mensaje central del evangelio de la buena nueva.

Las lecciones de la historia nos invitan a examinar si nuestras estructuras y formas de hacer las cosas son adecuadas a los propósitos.

Conclusión

Las lecciones de la historia nos invitan a examinar si nuestras estructuras y formas de hacer las cosas son adecuadas a los propósitos. ¿Qué debe cambiar para permitir contribuciones efectivas al bien común de nuestras comunidades? Los relatos del evangelio demuestran cómo Jesús respondía a menudo a las interrupciones para satisfacer una necesidad apremiante. El COVID-19 podría ser precisamente una interrupción extraordinaria a la que podemos atender, manifestando, como lo hizo Jesús, que la regla del amor de Dios ha llegado a la tierra como al cielo.

Los impactos de la pandemia, aunque de gran alcance, sirven para subrayar la importancia de que la iglesia vuelva a conectarse con la naturaleza integral del discipulado: primero, abrazando fielmente nuestras responsabilidades locales y de pacto, amando la tierra y sus habitantes; segundo, cultivando la veracidad y la confianza; y tercero, reconociendo la sabiduría de trabajar en colaboración para el bien común.

Para ello, y como aquellos primeros seguidores de Jesús, necesitamos dejar atrás nuestro orgullo y certezas egoístas e ir humildemente a nuestros vecindarios, colaborando con la gente de paz que encontremos. Entonces manifestaremos, en palabra y obra, la sabiduría y el amor del reino de justicia y paz que no tiene fin.

Notas

  1. Karen DeYoung & Liz Sly, ‘Global Institutions are Flailing in the Face of the Pandemic,’ The Washington Post, 15 April 2020, accessed 13 May 2020, https://www.washingtonpost.com/world/national-security/global-institutions-are-flailing-in-the-face-of-the-pandemic/2020/04/14/39630b96-7e8e-11ea-9040-68981f488eed_story.html.
  2. ‘Four Scenarios for the Global Economy after COVID-19,’ Think Economic and Financial Analysis, 2 April 2020, accessed 30 April 2020, https://think.ing.com/articles/four-scenarios-for-the-global-economy-after-covid-19/.
  3. Richard Fontaine, ‘Globalization Will Look Very Different After the Coronavirus Pandemic,’ Foreign Policy, 17 April 2020, , accessed 13 May 2020, https://foreignpolicy.com/2020/04/17/globalization-trade-war-after-coronavirus-pandemic/.
  4. Joan Faus, ‘This Is How the Coronavirus Could Affect Travel and Tourism Industry,’ WEF COVID Action Platform, 20 March 2020, accessed 13 May 2020, https://www.weforum.org/agenda/2020/03/world-travel-coronavirus-covid19-jobs-pandemic-tourism-aviation/.
  5. The Geneva Environmental Network publishes a number of helpful papers addressing these and related issues under Covid-19 & the environment, accessed 13 May 2020, https://www.genevaenvironmentnetwork.org/covid19.html.
  6. Paul Monks, ‘Here’s How Lockdowns Have Improved Air Quality Around the World,’ World Economic Forum, 20 April 2020, https://www.weforum.org/agenda/2020/04/coronavirus-lockdowns-air-pollution.
  7. ‘Wider Working Paper 2020/43 Estimates of the Impact of COVID-19 on Global Poverty,’ United Nations University UNU-Wider, accessed 5 May 2020, https://www.wider.unu.edu/sites/default/files/Publications/Working-paper/PDF/wp2020-43.pdf.
  8. Ian Goldin, ‘The World After Corona-Globalisation, Risk and the Future,’ Online lecture, 23 April 2020, accessed 11 May 2020, https://www.howtoacademy.com/events/the-world-after-corona-globalisation-risk-and-the-future/.
  9. Eugene Linden, ‘What Might the Post-Pandemic World Look Like?’ TIME, 9 April 2020, accessed 13 May 2020, https://time.com/5818578/post-pandemic-world-look-like/.
  10. Sebastian Shehadi & Miriam Partington, ‘How Coronavirus is Leading to a Religious Revival,’ NewStatesman, 27 April 2020, accessed 11 May 2020, https://www.newstatesman.com/politics/religion/2020/04/how-coronavirus-leading-religious-revival.
  11. ‘UNHCR’s annual Global Trends Report’ released on 19 June 2019, accessed 30 April 2020 https://www.unhcr.org/ph/figures-at-a-glance.
  12. Wendell Berry, ‘Think little, From A Continuous Harmony: Essays Cultural and Agricultural,’ reprinted in the Whole Earth Catalog 1969, accessed 14 May 2020, https://berrycenter.org/2017/03/26/think-little-wendell-berry/.
  13. Ben Cohen, ‘Covid-19 Conspiracy Theories Putting Christian Minorities at Risk,’ EAUK News and Views, 22 April 2020, accessed 11 May 2020, https://www.eauk.org/news-and-views/covid-19-conspiracy-theories-putting-christian-minorities-at-risk.
  14. Anastasia Kalinina, ‘What the World Can Learn from Regional Responses to COVID-19, World Economic Forum, 1 May 2020, accessed 7 May 2020, https://www.weforum.org/agenda/2020/05/covid-19-what-the-world-can-learn-from-regional-responses/.

Carol Kingston-Smith es una oradora independiente, escritora, mentora y cofundadora de jusTice Initiative. Con una experiencia en misión en América del Sur y una maestría de Redcliffe College, Reino Unido, ha estado enseñando en misión y capacitación para el ministerio durante los últimos 12 años. Le apasiona involucrar a las personas en un discipulado misionero reflexivo que tiene sus raíces en una visión integrada del evangelio de la paz. Puede ser contactada en [email protected].