IV (3) La falta de líderes cristocéntricos

PARA NUESTRA VERGÜENZA Hay muchos temas donde la Iglesia puede verse en falta con el cometido a la cual Dios le ha mandado pero el lugar donde más nos debería dar vergüenza es en la falta de líderes Cristocéntricos. En el sub-punto 1 los redactores del texto reconocen la falta de la Iglesia Global en su misión a los pueblos no alcanzados y dicen: “Reconocemos con pena y vergüenza que existen miles de grupos de personas en todo el mundo para quienes tal acceso todavía no está disponible mediante el testimonio cristiano.”

A mi parecer, la pena y la vergüenza mayor no es el número de pueblos sin testimonio sino la causa de esta falta. O sea el número de líderes de la Iglesia que no reflejan a Cristo en su vida ni en su ministerio.

En este sentido el liderazgo de la Iglesia en España no se ha quedado exento. Si bien los redactores del texto echan la culpa al crecimiento rápido como razón por el no haber discipulado en condiciones, en España no podemos cobijarnos en esta excusa.

Porque por aquí a muchos nos hubiera gustado ver la palabra “rápido” asociado con nuestros ministerios. Nuestro concepto de “rápido” era como el llamado “tren-rapido” que hacía el trayecto de Madrid a Córdoba en 10 horas. (Para los que no son de por aquí, hoy se hace el viaje en 2 horas.)

Sea cual sea la causa, la verdad es que las mismas 3 tentaciones que Satanás puso delante de Cristo son las mismas que él sigue poniendo delante de cada líder de la Iglesia en España: 1. Enriquecimiento personal, (Mateo 4:4 “Ordena a estas piedras a que se convierte en pan.”) 2. Estatus personal, (Mateo 4:6 “si eres el Hijo de Dios”.) 3. Poder personal (Mateo 4: 9 “todo esto te daré si te postras y me adoras.”)

Cristo hubiera podido cumplir con creces todo lo que el diablo le estaba pidiendo pero hubiera actuado fuera de la voluntad de Dios y le hubiera llevado a un camino y propósito ajenos a los de la cruz. Su camino era otro y su misión más completa. Cristo tenía que resistir estas mismas tentaciones no solo esta vez pero también a lo largo de su ministerio. No dejó de infundir en sus discípulos la importancia de buscar primeramente el Reino de Dios y no la propia. Pobre de Judas que no se aprendió la lección aunque sí queda como ejemplo de un discípulo que quiso hacer las cosas a su manera en vez de confiar en el Señor. Cristo sabía que él mismo no podía hacer su propia voluntad y luego añadir a Dios a sus planes. Sus planes tenían que ser los de Dios el Padre para él. “No sea lo que yo quiero sino lo que quieres, tú, Padre” (Mateo 26:39)

ESPAÑA NO ES DIFERENTE.
La falta de líderes Cristocéntricos en España no es porque los líderes se han propuesto ser carnales. (Con esto no quiero decir que no hay buenos líderes Cristocéntricos en España.) Quien ha decidido seguir a Cristo en un país donde el protestantismo es una minoría no lo hace por buscar poder, posesión o prestigio. Pero sabemos que “El corazón es engañoso sobre todas las cosas” y aunque el líder no lo buscaba, la falta de economía en la iglesia, la falta de estatus en el “pequeño pueblo muy feliz” , o bien la falta de poder ejercer los grandes milagros o ministerios de los grandes “apóstoles” de nuestros tiempos pone delante de todo líder en versión moderna las mismas 3 tentaciones.

Lamentamos que el “viva yo” sigue muy dentro del carácter español y es muy difícil crucificar esta parte de uno mismo. Dios conoce esta actitud y nos ha dado el cuerpo para ayudarnos. Es tan fuerte este espíritu que un hermano me dijo hace poco. “En España no existe el concepto de compromiso mutuo. La práctica de someterse a un grupo de revisión de cuentas no es posible aquí.” Qué bonito y práctico sería tener otro líder de confianza en la cual podríamos ser transparentes con nuestras vidas sabiendo que la otra persona vela por nuestro bien. La vida Cristocéntrica es una vida en conjunto con el Cuerpo de Cristo.

Por regla general el ministerio en España ha evolucionado a marcha lenta. Las organizaciones eclesiásticas evangélicas han servido de gran apoyo para los líderes para guiarles, cuidar de ellos y darles un estatus. Si el líder Cristiano no ha logrado esto en la sociedad, es posible que sí lo ha encontrado dentro del mundo Evangélico. Con el tiempo estos grupos llegan a estar bien organizados y todos conocen su lugar en la “genealogía evangélica” o si no, por lo menos su lugar en el “organigrama” de la Iglesia en España. (El “Quien es Quien” de los Evangélicos en España) Sin saber donde se ha metido el líder despierta un día y se da cuenta lo importante que es su posición para él y su identidad.

Cristo ya no está en el Centro sino que el prestigio del líder ha tomado posesión del Centro. El nuevo creyente pronto aprende en sus primeros pasos en el discipulado que una cosa es lo que la Biblia dice de cómo se debe de llevar una iglesia y como comportarse como discípulo y otra es la realidad de cómo funciona “la iglesia” y su liderazgo.

El nuevo discípulo con ganas de comerse al mundo para Cristo recibe sus primeras clases de discipulado en el contexto del líder quien le guió al Señor. Lamentablemente todos conocemos casos donde este contexto desentona con una vida Cristocéntrica y el resultado es que termina siendo que el nuevo discípulo se encuentra que tiene que hacer dos conversiones. Uno, convertirse a Cristo y la segunda convertirse a la vida real de la iglesia.

Hace pocos días un hermano que tuvo que huir con lo puesto de su país por causa de la persecución me preguntó “¿Por qué es que cada Iglesia que hemos visto aquí en España pertenece a un líder? Si él lo ve bien entramos, si él lo ve mal no entramos. Yo pensé que la Iglesia es de Cristo.”

En otra Iglesia en otra ocasión un hermano me dijo. “El líder de la iglesia pide mi dimisión del ministerio porque si no lo hago el va a perder sus fondos y eso no piensa hacerlo.”

En otro lugar otro líder me dijo. “¿Quién se cree que son estos? Yo me lo he currado y he dejado la piel por este ministerio. Ahora para que me venga otro para decirme lo que tengo que hacer y cómo hacerlo.” Para mí ya no es cuestión de vergüenza sino de tristeza profunda porque sé que estas actitudes no han venido porque lo han querido sino porque han sido engañados en su corazón por el diablo con las mismas tentaciones de siempre.

El pueblo de Dios en España sufre por la falta de líderes Cristocéntricos. Los ministerios, los cargos, los dones y el llamado son de Dios y son para Dios y nunca nos pertenecen. Hemos de sostenerlos con la mano abierta para que otros puedan correr con el testigo que nos ha tocado llevar por un tiempo. “No mi voluntad pero la tuya Señor”.

La falta de líderes Cristocéntricos afecta a toda la Iglesia. Tenemos iglesias débiles porque tenemos familias débiles, tenemos familias débiles porque tenemos hombres débiles. Tenemos hombres débiles porque no han sido entrenados o discipulados para ser hombres Cristocéntricos.

No han sido entrenados para ser hombres Cristocéntricos porque nuestra forma de formar líderes es más bien información académica y no formación del carácter Cristiano a la luz de la Biblia. Regañamos desde el púlpito y no moldeamos vidas Cristocéntricas en las casas. Información académica aunque sea de la Biblia no es suficiente para responder al diablo cuando viene con sus tentaciones.

Cristo usó la palabra de Dios para combatir al diablo pero era su cercanía al Padre que le dio esa fuerza de carácter y voluntad para usar la espada de doble filo. El había estado 40 días en ayunas y comunión con Dios el Padre justo antes de esta tentación. El diablo no le pudo engañar porque el percibió que la voluntad del diablo no era en ninguna forma igual a la voluntad del Padre en la cual él estaba centrado.

Col 1. Dice que “Cristo es la imagen visible de Dios”. Y más adelante en la misma Epístola Pablo nos da a entender el “misterio” que la Iglesia es la manifestación de Cristo. El vivir una vida Cristocéntrica es manifestar a Cristo en cada área de nuestras vidas como lo haría Cristo. La “missio Dei” es que todo hombre y nación llegue a conocerle a El y alabarle a El. Solo será posible entrar en la Misión de Dios si los lideres reflejan en si y reproducen en sus discípulos una vida que gira alrededor de Cristo. El discipulado es el proceso de formar a otra persona para que sepa cómo tomar las decisiones de la vida para mantener a Cristo en el centro de su familia, trabajo, responsabilidad civil, esposa, finazas, vida personal cuando nadie les ve, cuerpo físico, razón de vivir, etc.

Es de lamentar que muchos han perdido el norte a la hora discipular. Conozco una joven promesa que deseaba con todo el corazón servir al Señor y se apuntó a un Seminario en España. Con el tiempo los trabajos meramente académicos aunque relacionados con la Biblia le “secaron los huesos” y marchitaron su visión. Hoy aún está buscando su lugar y su dignidad como creyente. ¿No hubiera sido mucho mejor que él primeramente hubiese recibido una formación Bíblica e Espiritual con otro hombre Cristocéntrico quien le hubiera enseñado como orar, como escuchar a Dios, como mantenerse limpio delante de Dios, discernir su lugar en la missio Dei y como relacionarse con el Cuerpo de Dios como uno más?

En España tenemos muchas faltas y muchas piedras. Gracias a Dios que nadie tiene que ni tirar una piedra a otro en falta, ni recibir una piedra de nadie. Yo por lo menos no me encuentro en ningún lugar para tirar la primera piedra. Lo que sí podemos es unirnos a los acuerdos que hermanos y hermanas de todo el mundo hicimos en Ciudad del Cabo 2010. Al encarnar personalmente estos 4 propósitos como líderes haremos mucho para la edificación de la Iglesia y el cumplimiento de la Misión de Dios.

A) Anhelamos ver grandemente intensificados los esfuerzos en el discipulado, mediante trabajos de enseñanza a largo plazo para la educación de los nuevos creyentes, a fin de que aquellos a los que Dios llama y da a la Iglesia como líderes estén cualificados de acuerdo con el criterio bíblico de madurez y servicio.

· Propongo que en España se convoque a todos los ministerios dedicados a la preparación de materiales del discipulado y una representación de los usuarios del material en un simposio de trabajo. Estos dos grupos estudiarían los contenidos, la efectividad, y formas de fomentar el discipulado entre las Iglesias en España.

B) Renovamos nuestro compromiso de orar por nuestros líderes. Deseamos que Dios multiplique, proteja y anime a los líderes que son bíblicamente fieles y obedientes. Oramos para que Dios reprenda, retire o lleve a arrepentimiento a los líderes que deshonran su nombre y desacreditan el evangelio. Y también oramos para que Dios levante una nueva generación de siervos-líderes discipulados cuya pasión sea, por encima de todo, conocer a Cristo y ser como El.

· Propongo que en España fomentemos reuniones de líderes interdenominacionales por zonas y/o provincias para, como mínimo, orar y fomentar la paractica de someterse a responsabilidad mutua en base a un código de ética pastoral y espiritualidad.

C) Aquellos de nosotros que estemos en un liderazgo cristiano necesitamos reconocer nuestra vulnerabilidad y aceptar el don de la responsabilidad dentro del cuerpo de Cristo. Elogiamos la práctica de someterse a un grupo de revisión de cuentas.

· Propongo que en España fomentemos esta práctica como algo normal entre creyentes: proponiéndolo como tema para ser tratado en conferencias, asambleas denominacionales, escribir artículos para la prensa evangélica para fomentarlo como parte del discipulado en creyentes nuevos.

D) Fomentemos enérgicamente que los seminarios y todos los que dirigen programas de formación de liderazgo, se centren más en la formación espiritual y del carácter, y que no impartan sólo conocimientos o clasificación de rendimientos. Nos alegramos, sinceramente, por los que ya lo han hecho como parte del amplio desarrollo del liderazgo que incluye a la “persona completa”.

·Propongo que los centros de Enseñanza Bíblica y Teológica en España:
o Hagan un estudio de sus graduados para ver si están entrenando líderes Cristocéntricos a un nivel aceptable.
o Incluyan asignaturas de formación Espiritual que pone tanta importancia en la formación del Alumno como darle la Información de contenidos.
o Asignen un Mentor Cristocéntrico para cada alumno.
Exijan a los graduados fruto de una vida Cristocéntrica antes de graduarlos.