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IV (5) Tomando en serio a los niños

David Pritchard 05 Abr 2013

Es motivo de alegría la creciente intervención de evangélicos españoles en la ayuda dirigida hacia los niños, pero como misión integral falta la participación de niños y jovencitos en nuestras iglesias locales en España.

La sección del Compromiso de Ciudad del Cabo dedicada a los niños consta de dos breves párrafos introductorios al tema, seguidos por tres “compromisos” prácticos.

Esta declaración probablemente refleja solo una pequeña parte del trabajo realizado dentro del Tercer Congreso de Lausana (2010) sobre el ministerio entre niños, y menos aún el de los numerosos encuentros internacionales que tuvieron lugar antes y después de dicho congreso.

Para mostrar el volumen de ese trabajo, a continuación les ofrezco a los lectores de este artículo una lista nada exhaustiva de tales encuentros:

·El  Foro de Lausana  (2004) en Pattaya, Tailandia, generó un documento de 64 páginas sobre la “ Evangelización de los niños ” (LOP47).
·El  Global Children’s Forum , una red de entidades evangélicas que desarrollan ministerios infantiles a nivel global, ha sido instrumental en la redacción de la sección sobre niños del Compromiso de Lausana III; ha organizado varias reuniones en Chicago (2008), Florida (2009), Líbano (2010), Manila (2011) y Colorado Springs (2012), además de crear numerosos recursos de  descarga gratuita en diferentes idiomas.
·El  4/14 Window Movement ha organizado varias “cumbres globales” en Nueva York (2009 y 2010) y Singapur (2011), además de producir el llamado  Pacto sobre la Ventana 4/14 que pretende comprometer a iglesias locales, denominaciones, alianzas nacionales y regionales, así como organizaciones cristianas, a tomar en serio el ministerio infantil.
·El  Child Theology Movement  ha coordinado consultas de reflexión teológica en diferentes partes del mundo: Malasia (2002, 2004 y 2006), Sudáfrica (2004), EEUU (2004), Inglaterra (2004), República Checa (2005), Etiopía (2006), Brasil (2007), Nepal (2007), India (2007) y Australia (2008); y cada una de estas consultas ha generado su correspondiente  informe .
·Desde finales del siglo XX, ha habido un creciente interés en la investigación académica de la espiritualidad infantil y, como resultado, conferencias anuales han sido convocadas por organizaciones como la  International Association for Children’s Spirituality  o la  Society for Children’s Spirituality , entre otras, con el propósito de reflexionar sobre el desarrollo espiritual del niño.
·La Conferencia Teológica sobre la Infancia, titulada “ Now and Next ” y convocada como seguimiento de Lausana III en el área del ministerio entre niños, tuvo lugar en 2010, en Nairobi, reuniendo a dirigentes de organizaciones internacionales como la Alianza Evangélica Mundial, el Movimiento de Lausana, el Movimiento Global Ventana 4/14, Child Theology Movement y Global Alliance for Holistic Child Development. Como resultado, se ha publicado un compendio de ponencias y otros artículos en un libro de más de 250 páginas ( Now & Next , Compassion International, 2011), disponible gratuitamente en Internet.

Hay que decir que, tristemente, todo ese maremagno de eventos y publicaciones habrá pasado, sin duda, inadvertido por la mayoría de teólogos, pastores, educadores, maestros de escuela dominical o monitores de tiempo libre en España. Pocos de los documentos mencionados han sido traducidos al castellano y menos aun circulados ampliamente en nuestro país. Es de agradecer, entonces, que el primer congreso misionero “ Reaching Europe’s Children ” (Alcanzando a la Infancia en Europa) – organizado por una plataforma de entidades y redes, como la Semilla de Trigo, Juventud con una Misión, Unión Bíblica, Viva, Hope for Europe, la Alianza Evangélica Europea, entre otras – tendrá lugar en Barcelona en marzo de 2013.También es de agradecer la oportunidad de comentar aquí el documento del Compromiso de Ciudad del Cabo relacionado con los niños con el objeto de darle mayor difusión entre los lectores españoles y, así, corregir si es posible algunas de las enormes lagunas que hay en España en cuanto a esta materia se refiere.

A primera vista, la sección sobre niños en el Compromiso parece “poca cosa” por su brevedad en comparación con el volumen de eventos y publicaciones que acabo de citar. Sin embargo, en mi opinión, trata algunas cuestiones de suma importancia a nivel global. Se encuentra en el capítulo del Compromiso titulado “ Discernir la voluntad de Cristo para la evangelización del mundo ”, o sea, es de índole estratégica.Para España, precisamente por el vacío que ha habido hasta ahora respecto a estos temas, sería también estratégico plantear claramente los principios contenidos en esta sección como base para nuestro trabajo durante los próximos años.

El primer párrafo – a mi modo de ver redactado de manera exagerada y demasiado efectista – contiene algunas estadísticas que deben ser matizadas para el contexto español.

· «Todos los niños están en peligro» (“en riesgo”, según la versión inglesa del documento). Evidentemente, el niño por definición es un ser dependiente de los adultos y, por lo tanto, vulnerable. En un mundo espiritual y moralmente caído en el cual los adultos no siempre actúan de manera benévola, claro está que  todos  estos pequeños se encuentran potencialmente en situación de riesgo. Aun así, me parece una obviedad que  algunos  de ellos están en mayor peligro que otros. Según el ACNUR (la Agencia de la ONU para los Refugiados), hay múltiples factores de riesgo , tanto ambientales como individuales.

· « Hay aproximadamente dos billones  (sic)  de niños en nuestro mundo y la mitad de ellos está en peligro de pobreza » . La estadística de 2.200 millones de “niños” que hay actualmente en el mundo en realidad se refiere a todos los menores de 18 años, una categoría empleada en muchos documentos oficiales, tales como la Convención sobre los Derechos del Niño. Sin embargo, en la práctica, los ministerios cristianos tienden a separar en al menos dos grupos los destinatarios de su acción: niños y adolescentes (o jóvenes), por lo cual tal vez nos interese hablar aquí de datos referentes a la población infantil (0-14 años): a nivel mundial, aproximadamente 1.800 millones, y en España aproximadamente 7 millones. Sin embargo, el porcentaje de la población infantil en relación con la población total está menguando en todo el mundo: según un  informe de la ONU, la proporción de niños de 0 a 14 años ha disminuido globalmente desde el 34% en 1950 a 26% en 2012, y la previsión para 2050 es que, por primera vez en la historia, la proporción de mayores de 60 años igualará a la de menores de 15, con un 21% de la población total. En las regiones más desarrolladas, la proporción de ancianos ya excede la de niños (concretamente en España la proporción infantil es actualmente el 15% y la de mayores de 65 años el 17%), y en 2050 será el doble. El bajo índice de natalidad español (solo 10,4 nacimientos/1.000 población) significa que los niños forman parte de un grupo social cada vez más minoritario. En un futuro próximo, posiblemente haya menos pequeños en nuestras escuelas dominicales, sobre todo si como ahora la emigración de España sigue superando a la inmigración a causa de la crisis. También, lo más probable es que siga en auge el fenómeno inquietante de “ espacios sin niños ” (en hoteles, restaurantes, etc.) debido a una creciente representación social de la infancia como fuente de molestia.

En cuanto a pobreza, hay claras diferencias entre España y países menos desarrollados en el mundo de hoy. Por ejemplo, España y Tanzania tienen aproximadamente la misma población actual: 46 millones. En comparación con España, Tanzania tiene una enorme población juvenil: el 45% – casi la mitad de los habitantes del país – son menores de 15 años. Sin embargo, la esperanza de vida al nacer en Tanzania es solo 57 años en comparación con 82 para España, y el número anual de mortalidad infantil es 98.000 y 1.600 respectivamente.

No obstante, en términos de pobreza relativa o de exclusión, un  informe reciente de Unicef España revela el gran impacto de la crisis actual en los niños de nuestro propio país: el 10% (unos 205.000) se encuentra en riesgo de pobreza y el 13,7% de los menores de 18 años vive en hogares con un nivel de “pobreza alta”. El informe constata que “el impacto de la crisis ha sido más duro en los hogares con niños que en el conjunto de los hogares” y concluye que “los niños son ya el grupo de edad que es más pobre”.

· « Los niños que viven en las naciones ricas y seguras lo tienen todo para vivir, pero no tienen nada por lo que vivir. » La frase es a todas luces una generalización bastante simplista; igual que la declaración sobre los niños que viven en pobreza no menciona para nada los estudios sobre  resiliencia  (la capacidad que tienen muchos pequeños de superar sus situaciones de adversidad), ni los indicios que los jovencitos desfavorecidos no valoran necesariamente artículos de lujo, sino  las cosas simples de la vida (tales como la amistad), así también es posible que muchos de los que nacen en situaciones de privilegio pueden ver más allá del materialismo de sus padres.

Si todos los niños se encuentran potencialmente en peligro, está claro que nuestras iglesias – como respuesta a las palabras y acciones del Maestro – deben estar plenamente involucradas en programas de prevención, protección y provisión, tanto dentro de España (tal vez por medio de las Misiones Urbanas u otras agencias de ayuda), como hacia fuera(y la iniciativa de la Alianza Evangélica Española en Turmanyé , Perú, es solo un ejemplo entre muchos de dichas iniciativas).

Sin embargo, una cuarta ‘p’ – recogida también en la Convención sobre los Derechos del Niño – tiene que ver con la  participación  del niño como un agente social y no solo como objeto de ayuda.

El segundo párrafo de la declaración y los compromisos prácticos enfatizan dicha participación (la versión inglesa incluso más que la española):  « Los niños y los jóvenes son la Iglesia de  hoy , no únicamente la de mañana » ;  « Los jóvenes tienen un gran potencial como agentes activos en la misión de Dios » (en mi opinión el uso desafortunado del vocablo “jóvenes” aquí da a entender que los menores de 14 años no tienen tal potencial; creo que la declaración debe hacer hincapié en que todos los niños – los más pequeños también – « representan una enorme fuente de recursos infrautilizados, sensibles a la voz de Dios y con voluntad para responderle » );  « Como vemos en la Biblia, Dios usa a los niños y a los jóvenes -sus oraciones, sus puntos de vista, sus palabras, sus iniciativas- para cambiar los corazones » (¡ahí, sí, se incluyen los más pequeños!);  « Ellos representan la “nueva energía” para transformar el mundo. Debemos escucharles… » ;  «… el amor y el propósito de Dios para ellos  y a través de ellos » ;  «… en la convicción de que el ministerio holístico dirigido a  [“y a través de”, en la versión inglesa]  cada próxima generación de niños y jóvenes es un componente vital de la misión mundial ».

Aunque es motivo de alegría la creciente intervención de evangélicos españoles en la ayuda dirigida  hacia  los niños a través de programas de prevención, protección y provisión, que también reflejan – ¡gracias a Dios! – una misión cada vez más integral, a mi modo de ver deja mucho que desear la  participación  de niños y jovencitos en nuestras iglesias locales en España.

Entiendo que el Compromiso de Ciudad de Cabo no está tratando de fomentar el fenómeno de “niños predicadores” tan visto en YouTube, sino más bien reconoce la necesidad urgente de tomar en serio “sus oraciones, sus puntos de vista, sus palabras, sus iniciativas”, etc. ¿Cuándo fue la última vez, por ejemplo, que el consejo de ancianos o responsables de tu iglesia consultaron con el grupo de niños y adolescentes antes de tomar una decisión sobre un asunto que involucra toda la congregación? Muchas organizaciones misioneras se dan cuenta de los buenos resultados cuando los niños están involucrados en proyectos de acuerdo con su edad, como por ejemplo en la recaudación de fondos. Algunos  investigadores han demostrado que en la historia de los avivamientos, muchas veces las oraciones de los más pequeños han sido verdaderamente eficaces.

Evidentemente, cuanto más protagonismo tiene el niño en ministerios cristianos, la expresión de dones espirituales e incluso campañas para recaudar fondos, a cuanto más riesgo se expone y existen posibles áreas de conflicto entre protección y participación. Hace falta la guía sensible de adultos responsables y unos cuantos  protocolos como medidas preventivas para minimizar esos peligros.

Termino con un brevísimo resumen de los 3 compromisos y unas sugerencias escuetas al respecto. 

1.  « Una nueva investigación bíblica y teológica. » Hay diferentes maneras de relacionar teología e infancia, y cada una de las siguientes categorías merece una nueva investigación si realmente hemos de “tomar en serio a los niños”: (i) la  teología enseñada a los niños y jóvenes (como pueden ser impartidas, por ejemplo, materias como la filosofía o la historia); (ii) la historia del  pensamiento cristiano con respecto a lo que dicen los  teólogos acerca de los niños; (iii) la  teología hecha por niños (su propia perspectiva sobre Dios); algunos métodos de enseñanza como  Godly Play toman en serio la capacidad reflexiva del niño y permite el desarrollo de una verdadera hermenéutica infantil; (iv) la  teología sobre la infancia , por ejemplo estudios sobre los niños y la vida familiar en la Biblia; y (v) la teología elaborada como si un niño estuviera en medio –  “ Child Theology ”  – probablemente la categoría a la que se refiere la declaración, con su exhortación de redescubrir  « el profundo significado para la teología y la misión la provocativa acción de Jesús colocando a “un niño en el medio” » . El Movimiento de Child Theology señala que su investigación se centra, no en el niño en sí, sino en el reino de Dios (el enfoque está en la acción de Cristo en poner a un niño en medio); por lo tanto, al tratar temas como el pecado, la gracia o la misión cristiana, la tarea teológica sería la de reconsiderar cada uno de estas materias como si un niño estuviera entre los miembros del grupo de reflexión.

Si el lector ha seguido los enlaces sugeridos para ilustrar cada una de las categorías mencionadas, habrá descubierto que la gran mayoría de las publicaciones citadas están en inglés. También existe literatura abundante en alemán y en las lenguas nórdicas. Sin embargo, en castellano parece que la teología relacionada con la infancia aun se encuentra “en pañales”, como dice  Harold Segura ; su libro,  Un niño los pastoreará; niñez, teología y misión es una primera aproximación en español que pretende corregir dicha carencia.

2.  « Procurar formar a personas […] en la convicción de que el ministerio holístico dirigido a cada próxima generación de niños y jóvenes es un componente vital de la misión mundial. » Existe una Alianza Global para el Desarrollo Integral del Niño (Global Alliance for Holistic Child Development) que tiene centros vinculados a seminarios teológicos en varias partes del mundo. El que conozco mejor es el instituto situado en el campus del  Seminario Teológico Bautista de Malasia el cual, en colaboración con Compassion International, ofrece varios cursos en diferentes niveles, hasta un diploma posgrado en el  Desarrollo Integral del Niño . Estudiantes han salido de este instituto a todas partes del Sudeste Asiático para involucrarse en la misión cristiana, a menudo a través de una acción educativa. En mi opinión, la experiencia de los miembros de esta Alianza Global podrían servir de modelo para alguna de las nuevas Facultades de Teología en España, donde urge desarrollar una formación de calidad en ministerios holísticos dirigidos a niños y jóvenes tanto dentro como fuera de nuestro país.

3.  « Exponer, resistir y adoptar medidas contra toda clase de abusos a los niños… » Son magníficas las iniciativas que pretenden fomentar la oración por los niños desfavorecidos que sufren situaciones de pobreza o maltrato, campañas como las de  Viva o  Una Voz , sobre todo si se logra involucrar que los niños oren por otros niños. También, el creciente abanico de posibilidades que tienen jóvenes españoles para colaborar con diferentes ONGs de desarrollo. Pero faltan, tal vez, en España más campañas evangélicas de denuncia – incluso de acción política – como parece que indica el último de los compromisos de esta sección del Compromiso de Lausana III.

No obstante, desde mi punto de vista estas medidas deben empezar en la misma casa de Dios (1 Pedro 4:17) si nuestras iglesias no han de ser tachadas de hipócritas. ¡Y, francamente, creo que hay muchísimo trabajo que hacer!

· Mecanismos de protección a la infancia : Nuestras iglesias deben ser lugares seguros para los niños y jóvenes que entran allí, tanto en el local de la comunidad, como en campamentos y otras actividades externas. No podemos ser tan ingenuos como para pensar que los recientes escándalos de encubrimiento de abusos sexuales de menores solo afectan a los curas católicos. Cada iglesia debe nombrar a personas responsables encargadas de actuar en caso de detección de maltrato, basándose en claros protocolos al respecto.

· Castigos corporales : Debe haber mucha más reflexión teológica sobre esta cuestión y una clara exposición del resultado de la misma transmitida a los padres y madres de nuestras congregaciones. Por ejemplo, los textos de Proverbios tan frecuentemente citados por predicadores conservadores en defensa del castigo corporal, ¿realmente se aplican a niños pequeños? Nuestras “escuelas de padres” deben ofrecer alternativas prácticas a cualquier forma de violencia usada en la disciplina de los niños.

· Exclusión espiritual : Si, como declara el Compromiso de Ciudad de Cabo,  «los niños y jóvenes son la Iglesia de hoy…»  y  «… tienen un gran potencial como agentes activos en la misión de Dios » , ¿cómo es que suelen ser excluidos del acto más céntrico de comunión en la mayoría de nuestras iglesias? En la Pascua judía los niños estaban en el centro mismo de la celebración, pero después de siglos de interpretación teológica cristiana sobre textos como 1 Corintios 11:17-33, generalmente los niños ya son excluidos de manera total de la celebración de la Cena del Señor. ¿Será dicha hermenéutica el ejemplo más claro  « de sofocar su espiritualidad infantil con nuestros enfoques racionalistas de adultos » ?Si es así, ¿seremos capaces de oír entonces, como los primeros discípulos, el fuerte enojo del Maestro (Marcos 10:13-16)?

En conclusión, esta breve declaración dentro del Compromiso de Lausana III puede servir de hoja de ruta para las iglesias en España respecto al desarrollo de ministerios verdaderamente integrales hacia y a través de niños y jóvenes. ¡Pero todo depende de si somos capaces de tomarlos en serio!

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